A propósito del docente y su rol en los entornos virtuales de aprendizaje
Hasta antes de la Revolución Francesa, la
cuna determinaba en gran medida el destino. Hijo de campesino, campesino; hijo
de rey, rey. Este sino establecía una sociedad de castas muy segmentadas que
servían un propósito: mantener los privilegios de las oligarquías/aristocracias
dominantes a cambio de protección a los vasallos y siervos. No se había
desarrollado el concepto moderno de repúblicas, eso vino como consecuencia de
la Revolución Francesa y de los movimientos culturales, entre ellos, el liderado
por los enciclopedistas. Pues éstos no solo trabajaron la idea de libertad,
fraternidad e igualdad sino el acceso al conocimiento.
La formación y educación ha estado
vinculada como un derecho exclusivo de las clases dominantes. Educarse, en ese
contexto, era un acto de rebeldía y transgresión contra el statu quo. Pues
incluso, durante la edad media, los pobres que tenían acceso a educación no
obtenían una de calidad. Sin embargo, también surgen en esa época iniciativas
innovadoras que aún se mantienen hasta nuestros días: la educación en el idioma
de uso corriente, educación en aulas, elaboración de contenidos particulares
por grados y edades, por nombrar algunas. La figura del profesor cobra gran
relevancia y cuestiones que hoy damos por descontadas surgen como avances
educativos: aprender haciendo tareas, al principio por repetición y luego
evolucionando y sofisticándose la pedagogía para asegurar que el estudiante desarrolle
pensamiento crítico. En consecuencia, se puede afirmar que la educación es en
esencia el motor del desarrollo y uno de los elementos más efectivos en la
lucha contra la desigualdad y pobreza.
Ya surgidas las repúblicas, los sistemas
educativos fueron perfeccionándose y haciéndose cada vez más inclusivos. Al
presente, se puede afirmar que existe una correlación positiva entre los países
que son más desarrollados con el nivel de inclusión y alcance de sus sistemas
educativos. Sin duda alguna, los profesores y docentes son una figura
importante en un sistema educativo clásico.
En el sigo XX y XXI la tecnología jugó cada
vez un rol más protagónico, pasando de ser herramienta de medios al desarrollo
de contenidos de aprendizaje a través de las apps y últimamente de la inteligencia
artificial. Es decir, se comienza a cuestionar el rol clásico del profesor/
docente y pasa de ser la fuente de conocimiento a ser el facilitador de
conocimiento. La pedagogía ha ido acompañando este devenir y los países han ido
incorporando a su ritmo y posibilidades las nuevas tecnologías. Sin embargo, la
coyuntura especial que ha planteado la pandemia global pone como imperiosa necesidad
el desarrollo y mayor uso de los entornos virtuales para el aprendizaje en todo
el sistema educativo, desde la escuela regular pasando por el pre/post grado
así como los cursos técnicos de especialización.
Nuevamente en la historia, es el acceso a
la educación lo que va a incidir determinantemente en el destino de las personas.
En el ámbito escolar, este año lectivo, ha puesto crudamente de manifiesto esta
situación. Un gran número de estudiantes no ha tenido acceso a educación o no
ha podido aprender a través de los entornos virtuales. Son muchas las
explicaciones, pasan desde no tener acceso a dispositivos electrónicos
(pobreza) para acceder a los contenidos hasta carecer de la guía y motivación
necesaria para aprovechar este nuevo entorno de aprendizaje. Este fenómeno
también se repite en el ámbito post gradual, con diferentes matices: estudiantes
que pasan los contenidos y cumplen con los requerimientos pero que no alcanzan
el óptimo de aprendizaje. En ese contexto, la figura del docente adquiere una
relevancia protagónica pues abandona el sitial de facilitador únicamente para ser
el pedagogo del aprendizaje. Esto implica que los esfuerzos que haga por
mantener el interés, motivar y comprometer al estudiante con su propio
aprendizaje se verán reflejados en alcanzar el óptimo en la relación
enseñanza-aprendizaje.